lunes, 18 de diciembre de 2006

Nuestra Memoria

No puede ser que todavía haya personas en España que cuando hablen de la Guerra Civil y de la represión posterior a la misma, lo hagan con miedo. A esa gente hay que decirles que aquello fue injusto, que les comprendemos y que les apoyamos. No puede seguir existiendo ese miedo. El proyecto de Ley de la Memoria Histórica confeccionado por el Gobierno de España y que el pasado viernes 15 de diciembre pasó el primer trámite parlamentario en el Congreso de los Diputados reconoce a los que sufrieron la injusticia y el dolor de la guerra y el franquismo, pretendiendo restituir su honor y su dignidad, como una especie de declaración moral de recuperación individual. La fórmula propuesta en dicha Ley es el derecho a que cada víctima o sus familiares consigan este tipo de declaración en el Boletín Oficial del Estado que reconozca las injusticias inflingidas, proclamándose de este modo su inocencia y el sufrimiento que padecieron.

Existe la posibilidad de que en su trámite parlamentario se mejore el tenor literal del proyecto de Ley en el sentido de que se consiga la anulación efectiva de los juicios sumarísimos del franquismo, polémica aparte de que la doctrina del Tribunal Constitucional lo prohíba, mi opinión es que si puede hacerse. Y del mismo modo que se reconozca la concesión de indemnizaciones a las víctimas, la identificación de miles de cadáveres o la eliminación de símbolos preconstitucionales.

Tras la victoria de Franco, el régimen emprendió un proceso que permitió la exhumación e identificación de los muertos del bando franquista, por ello es que en el caso de las bajas republicanas el trabajo está por hacer. Es un trabajo delicado, hagámoslo bien y con el mayor consenso posible de los grupos políticos.

Me trae este asunto el recuerdo de un gran poeta español muerto a los 32 años en una oscura carcel franquista, Miguel Hernández, un poeta que escribía anunciando su muerte y el recuerdo de estos estremecedores versos de su poema ELEGÍA.

... quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte ...

... a las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


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