lunes, 30 de julio de 2007

EUROPA COMO SOLUCIÓN EN EL SIGLO XXI

Como tengo el entretenimiento (ya me podía haber dado por otra cosa, la verdad) de observar la realidad política que nos rodea quiero expresar una opinión que no sé si será compartida por quien lea este "post", pero que creo al menos le provocará una reflexión.
Desde el fin de la Guerra Fria ha existido una evolución histórica, que viene a coincidir en el tiempo con el final del siglo pasado y el inicio de este nuevo siglo XXI, que ha parido un nuevo sistema político internacional con nuevas relaciones entre países y que basa su forma de entender la realidad en ciertos principios fundamentales: respeto a los derechos humanos, democracia, solidaridad, el rechazo a la guerra injusta o la protección al medio ambiente entre los más destacables, y que surgido desde Europa busca el aseguramiento de las relaciones pacíficas entre las zonas ricas y pobres del planeta con absoluto respeto de las distintas culturas y que exige un compromiso mundial con los principios reseñados y un fuerte reforzamiento de las relaciones internacionales.
Este nuevo sistema político al que yo denominaré "Globocracia" deberá enfrentar las principales amenazas "globales" que ahora están planteadas, como el deterioro medioambiental, el terrorismo, los fundamentalismos nacionalistas o religiosos y que siguen creciendo en este 2007.
Con la fuerte emergencia de los dos nuevos gigantes asiáticos China e India se escenifica la necesidad de una respuesta común "global" a los principales retos que tenemos para este siglo, donde dos modelos de desarrollo se enfrentan en el horizonte: de una parte el modelo chino, políticamente centralizado, sin participación democrática, con salarios miserables y un trabajo deshumanizado; de otra, el modelo europeo, democrático, con participación social y respeto a la libertad individual.
En este nuevo mundo se pone de manifiesto que la Unión Europea es un gigante económico sin cabeza (integración) y sin brazos (política exterior común y poder militar propio). En la ilegal guerra de IRAQ la U.E. se dividió, a pesar de estar claro desde el principio que el objetivo básico no era otro que desplazar el control de las reservas de petróleo de transnacionales europeas y rusas a las norteamericanas e inglesas.
Hace 15 años, con la Europa de los quince, existía un equilibrio entre integración y dimensión, los objetivos estaban claros, los instrumentos estaban adaptados a su realidad y la ampliación se realizaba sin poner en peligro su unidad e integración.
En la actualidad, en EUROPA tras la "gran ampliación" a 25 primero y a 27 posteriormente, estos equilibrios se han roto. Algunos de los nuevos socios (Polonia y República Checa) obedecen las instrucciones de Washintong antes que las de Bruselas, como demuestra el triste episodio de los inútiles e innecesarios escudos antimisiles en sus territorios que también son los de la U.E. o las presiones de Estados Unidos para integrar a Turquía en la Unión Europa y que responden al fomento del enfrentamiento para acrecentar las dificultades en las tomas de decisión.
En esta GLOBOCRACIA que he descrito hablo desde nuestra perspectiva, desde Andalucía, desde España, desde Europa ... no podemos quedarnos como una mera organización territorial de coordinación.
A Europa en este nuevo mundo globalizado se le reclama desde el resto del mundo que puede y debe convertirse en el gran defensor de un mundo multipolar, defendiendo los valores que nos han convertido en los que somos: la democracia entendida como participación activa y diaria, lo que supone una sociedad civil organizada, informada, comprometida y participativa, que vaya más allá de la mera votación cada cuatro años en las elecciones, que se implique en la toma de decisiones de un desarrollo económico y social sostenible y participativo; la justicia social, la defensa de los derechos humanos, la paz y la armonía con el medio ambiente y que exigen superar el bién común.
La Unión Europea es un proyecto colectivo que como todos ha de tener una misión ( qué soy ) y una visión (que quiero llegar a ser, cuál es mi "demos", mi razón de ser ). Europa sabe que ha sido. La globalización del dinero y las finanzas la han sumergido en esta primera gran crisis de identidad, pero que soy optimista en que vamos a saber superar.
El principal problema de Europa son los gobiernos euroescépticos (Gran Bretaña, Irlanda, Polonia, República Checa, Dinamarca, Finlandia y la Francia de SarKozy) que menosprecian la integración política, no ven razones para atribuir nuevas competencias a Bruselas y , en cuestiones internacionales, piensan que Europa debe alinearse siempre con los Estados Unidos, que tras el atentado del 11-M ha desafiado el compromiso del multilateralismo con el unilateralismo de la Administración Bush, aunque esto podrá cambiar con las elecciones presidenciales de año y medio en ese país.
Europa debe ser, no obstante a todos sus problemas, la solución. Europa debe ser protagonista en la "globocracia", en la mundialización que vivimos y en la construcción de otro mundo posible. Para ello ha de poder actuar con autonomía en temas trascendentales como los de la paz y la guerra, equilibrios ambientales en el planeta, justicia penal internacional y comercio y desarrollo mundial. La naciente EUROPA necesita SER si quiere poder regular la globalización y construir ese otro mundo posible.
Debemos crear cuanto antes la figura del Predidente europeo para evitar la rotación semestral, establecer un ministro europeo de Asuntos Exteriores con competencias, incrementar el papel del Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales, cambiar la toma de decisiones a mayorías cualificadas en lugar de la actual unanimidad, y atribuir nuevas competencias en cambio climático, inmigración, terrorismo y crimen organizado. Los europeos sabemos que para enfrentarnos a los problemas actuales de la globalización neoliberal nuestros Estados nacionales no son operativos.
Debemos neutralizar la hegemonía de EE.UU. en Europa y comenzar a construir nuestra propia hegemonía en nuestro beneficio y en el de la totalidad de la humanidad.
Lo importante, si queremos recuperar el entusiasmo y la ilusión de la ciudadanía europea, si queremos que este proyecto de EUROPA que empezamos a construir se sostenga en el tiempo, si queremos darle "alma" para que desarrolle su identidad, debemos desarrollar políticas en beneficio de su ciudadanía que tiendan a resolver los problemas de su población y abandonar las políticas neoliberales que se han desarrolado hasta ahora. Para ello necesitamos la EUROPA SOCIAL.
Quiero finalizar este artículo expresando que lo necesario de verdad, lo inaplazable para todos también es la defensa de la PAZ y de las condiciones mínimas de supervivencia de la humanidad. Hay que dejar de lado los pequeños egoismos para conseguir el bien común y para ello el mundo necesita ahora más que nunca que definitivamente estalle la EUROPA POLÍTICA que tanto anhelamos.