Aprender es progresar y aprender de los errores es la forma más rápida y mejor de aprendizaje. Pero progresar también es saber superar las dificultades y continuar. Es en ese punto, el de las dificultades, cuando los gobernantes y las organizaciones políticas que lo sustentan experimentan una sensación tan humana y vulnerable como la de vértigo a equivocarse, el temor a no hacer lo más adecuado, en definitiva, es cuando se siente el miedo al fracaso ...
No estoy de acuerdo con aquellos que piensan que el fracaso de una organización política o dirigente público estriba en haber hecho o dejado de hacer ésta u otra acción política, indudablemente que habrá habido errores, pero muchos aciertos también, esa no será la medida.
Se fracasa, en mi opinión, cuando dejamos de esforzarnos y de pelear denodadamente por alcanzar los objetivos que la sociedad reclama y dejamos creer que no depende de nosotros, que es la inercia, la marea que nos lleva, la que controla la situación. Ahí es cuando parte de nuestra base social no nos sigue apoyando y se abstiene de ir a las urnas al cobrar fuerza en estos electores la idea de que su voto, por la desilusión y desengaño que un momento económico difícil conlleva, no va a poder ayudar a cambiar las cosas.
Para que esta cuestión no ocurra hay que explicar bien a los ciudadanos, que son precisamente las políticas de derechas en el mundo (Bush) y en España (Aznar) ultraliberales y desreguladoras de los mercados financieros (bonos basura en USA) y/o propiciadoras de la especulación inmobiliaria ( Ley del Suelo del PP que creó la burbuja inmobiliaria en nuestro país) por ejemplo entre otras, las que han creado esta situación y que por lógica no pueden pretender hacer creernos que son ellos los que van a hacernos salir de ella. No, ésto hay que explicarlo bien. Y no sólo los dirigentes.
Debemos explicarlo también todos y cada uno de los miembros del partido socialista, que somos y debemos seguir siendo un organismo ágil y muy vivo, más en este periodo. Es fundamental el papel que cada militante y simpatizante socialista debe tener a partir de ahora y hasta el final de los diferentes periodos electorales que tenemos por delante, en la tarea de poder trasladar, cada cual a su manera, a todos los ciudadanos con los que nos relacionemos, los grandes esfuerzos de reducción de deficit público y de políticas sociales e inversoras a pesar de todo, que a nivel de todas las administraciones públicas gobernadas por el PSOE, se hacen por salir de esta situación de crisis económica.
Cada compañera y compañero en su ámbito de incidencia va indudablemente a contribuir, por tanto, con ese grado de implicación que siempre nos ha caracterizado, en la consecución de un buen resultado electoral que permita a nuestra organización seguir gobernando para el progreso, creo que va a depender sinceramente de ello. Siempre ha habido, hasta ahora, una capacidad de movilización enorme y saber seguir incentivándola, en este periodo de crisis económica, por parte de nuestros dirigentes orgánicos a todos los niveles, va a ser determinante; no hay en este punto y si todo funciona, comparación posible, en este aspecto, con otros partidos políticos.
Llevamos ya muchos años (personalmente yo llevo 22 años militando) transmitiendo e inspirando con nuestro trabajo, honradez y compromiso, la confianza necesaria al resto de votantes para conseguir que apoyen nuestro proyecto político. Hay que conectar con ese electorado de izquierda y centro-izquierda que el PSOE representa y que se identifica con el ideario y fines que perseguimos como partido, que es el mayoritario de nuestra ciudad, hegemónico en nuestra comunidad autónoma y preeminente también en la sociedad española a nivel general.
No quiero dejar de mencionar que ese trabajo debe basarse en el respeto en la forma y en el contenido, así como en el modo de comportarnos en la explicación política, por ser éste el valor que relaciona el resto de valores fundamentales sobre los que se sustenta una confrontación electoral y por extensión sobre el que descansan las relaciones sociales de cualquier grupo humano. Y más cuando hay lamentables casos de dirigentes políticos en contra de esta tesis (Arenas, Oña, Rajoy o Puigcercós)
Ese debe ser nuestro estilo frente al resto y lo que nos debe identificar. Por cada descalificación e insulto aportemos una idea y hagamos una propuesta que sirva para la mejora en la defensa del interés general y de la igualdad de oportunidades, así como en la conquista y ampliación de más derechos civiles y sociales por los que siempre seguiremos luchando.